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En la casa de Asfaddes hay retratos en cada rincón, ella les habla, los mira. Toma uno en sus manos. Es el retrato con el nombre de su hermano. 

Cuerpo ausente, cuerpo doliente

Los cuerpos de las mujeres ocupan con su voz y sus gestos las ausencias y silencios que han dejado sus familiares desaparecidos, integran con estos gestos su presencia en el espacio-tiempo, hacen visible al desaparecido a través de la movilización de la memoria en contra del olvido.

El dolor individual e íntimo cuenta con una configuración expresiva que se hace viva en el interior, pero que al entrelazarse con otras historias y gentes hace eco en lo público, en las calles y plazas. Esa conexión entre gentes y dolores que se marcan, reúnen y movilizan, es la que permite la emergencia de los gestos de la desaparición que son expresados en diferentes escenarios, en colectivo o en privado y crean comunidad para la lucha contra el olvido y el silencio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El modo de estar de los cuerpos trae al primer plano a un tipo de cuerpo, el fantasmagórico de los ausentes como estrategia de pervivencia de la memoria, hace parte de una elaboración simbólica que permite ocupar un lugar aquí y ahora. Es la voz, el llanto, el testimonio, el grito, el silencio, el relato, el retrato, la silueta parte de esos gestos primordiales que rasgan los primeros planos del paisaje y que permiten traer de vuelta a sus cuerpos fantasmales.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ellas en los colectivos, hacen silueta de los cuerpos para delinear las ausencias en la incertidumbre de la vida o la muerte. Las ausencias quieren ser llenadas por ellas a través de trazos, dibujos que obstaculizan a toda costa el olvido al que han querido ser sometidos los cuerpos que tienen nombres, vidas, identidades, historias personales.

 

Familias que quieren de vuelta su dignidad.

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“vivos se los llevaron, vivos los queremos”

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Tercer y último trazo

Escuchar sus voces, leer las calles, detenerse en sus rostros, abrazar sus luchas, unir a su tejido una puntada de dignidad…los dolores son tenerles presentes, recuerdan que están, así, en presente, porque a quien detuvieron y desaparecieron no se olvida.

—Dibujarles— dibujamos con insistencia sus rostros entre borrados, con esos trazos y recuerdos escribimos sus luchas. Enfrentamos el olvido gritando sus nombres, dibujamos en las paredes sus rostros, sus nombres están en plazas y calles, así resistimos a esa indiferencia que nos han impuesto y que no es nuestra.

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Escucha

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Tercer dibujo — Cuerpo ausente, cuerpo doliente
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